viernes, 9 de enero de 2009

Una Historia pasajera

Algunos días sientes la necesidad de estar solo… en un Pub… tomando unas cervezas después de un día de trabajo, pensar, reírte solo, recordar lo bueno, lo malo que te sucedió en todo el día o en la semana, este fue un sábado, Salí con ganas de beber unas cerveza al son de una buena música, ver gente, ver a las parejas, a los solitarios como yo, los jugadores y a los compañeros riéndose de todo el mundo. Mi lugar preferido siempre - Casino Karaoke “Solid Gold” cerca de mi casa, pasada las 11 de la noche fue donde me dirigí a la distracción o lugar de terapia recomendada por una amiga Sicóloga. Busque la mejor posición lejos con vista solo a la entrada y muchas mesas ya con gente, fue cuando sucedió esta historia.
Ella, desde que entro me divisó sentado allí, yo apurando solemnemente mi vaso de cerveza, solitario dentro de mis pensamientos, fue una mirada penetrante la que me atrajo de ella y supongo que ella se sintió atraída, por un enigmático afán de miles de preguntas ella se acerco; yo la miraba y ella se dirigía sin rodeo hacia la mesa yo simplemente la seguía con mi mirada hasta que se acerco me miro… ¡me pedio fuego!. Yo la mire francamente a los ojos y la invite a que se sentara a mi lado mientras le encendía el cigarrillo… (La verdad no fumo, pero eso no fue problema para conseguirle unos cerillos lo mas pronto, es la habilidad de todo un caballero en apuros… nada es imposible para decir un no en esos momentos)
- Parecerá una frase hecha, un tópico más, pero es verdad que me da la sensación de conocerle desde hace mucho tiempo – dijo ella. - Y, sin embargo, es la primera vez que nos vemos – respondí... Y así, animadamente, comencé a hablarle de temas suaves, de lo bien que la sentaba la luz roja del local reflejada en su rostro moreno. Ella reía con verdadero entusiasmo de princesa halagada…
”Así iniciamos un lindo dialogo”
- Me siento feliz de verla reír.
- Y yo me siento feliz de estar hablando con usted y escucharle. Habla usted muy bien. Hace mucho tiempo que no encontraba a alguien con una conversación tan amena. Bueno, en realidad nunca encontré una Dama que me amenizara con su conversación. Nunca hasta ahora.
Después hubo un poco de silencio entre ambos. Ella miraba el humo de su cigarrillo y yo miraba a los ojos oscuros de ella. Fue ella quien rompió el momento…- ¿Cuánto años tiene?
- Lamentablemente acabo de cumplir los 45.
- Lo mío es peor. Tengo 50.
El silencio volvió a sentirse entre ambos.
- ¿Qué piensa usted de todo esto?
- Si le dijese lo que pienso… habría que detener la vida.
Ella se animó más…
- ¿Puedo tutearte?
- Claro. A esta edad eso ya no tiene ninguna importancia.
- A tu edad los hombres siguen siendo interesantes.
En esos momentos sonó un tema de moda algo bailable imposible de no mover las manos a ritmo de las caderas…
- ¿Cómo te llamas?
- Yo, Alfonso… ¿y tú?...
- Yo simplemente Nina…
Y dejó resbalar su nombre por el ambiente…
- ¿Quieres bailar, Alfonso?
- ¿Por qué no?
Y comenzamos a bailar…
“Lo que sucedió después fue algo rápido muchos bailes mucha risa mucha platica la verdad nos sentíamos complacido los dos uno con el otro, me converso de su vida y de lo sola que se sentía, era viuda ya muchos años, no les miento que sentí el famoso toque en mi corazón y el cosquillo en el estomago una sensación de bienestar al lado de esa mujer”
- Es la primera vez que me enamoro realmente de una mujer.
- Yo, sin embargo, es la última vez que me enamoro de un hombre. - ¿Quieres venir a mi casa esta noche?
- Espera, Nina… es mejor que no. “No por falta de deseos”, sino que es mejor que lo nuestro no acabe en desengaño.
Entonces fue cuando ella acercó sus labios a los míos y me beso intensamente en medio de la noche.
- Nina –le dije separándome de ella- Yo he llegado ya demasiado tarde… - Nunca es demasiado tarde…
- Solo si nos enamoramos de una ilusión. Pero yo ya no busco enamorarme de ilusiones. Seguimos bailando en silencio… hasta que ella volvió a romper el momento…- Ya no hay caballeros como tú.
- Es que los caballeros quizás seamos animales en peligro de extinción. Ella rió abiertamente el chiste y volví a mirarla profundamente a los ojos mientras la estrechaba contra mi pecho
- Me recuerdas cuando yo era un niño
- ¿Por qué?
- Porque entonces, en la escuela, todos nos peleábamos por estar al lado de la chica rubia de los ojos azules… Sin embargo…
- Sin embargo algo cambió en tu interior ¿no es cierto?
- Sí. Con el paso del tiempo me di cuenta de que los ojos de los que yo me enamoraba realmente eran de los de color oscuro como los tuyos. Y que el pelo moreno tenía muchos más misterios…
- Quizás sólo sea cuestión de gustos.
- Cuestión de gustos y algo más, Nina. Para mí es cuestión de magia. No sé por qué las mujeres de hoy tienen tanto afán por teñirse de rubias. Siempre me imantó la magia de las mujeres con cabello moreno.
Ya estaba terminándose la canción…
- ¿De verdad no quieres venir esta noche a mi casa?
- De verdad quisiera tener sólo 25 años de edad y ser la primera vez que me enamoro. - ¿Y por qué no intentas creértelo? Creer que de verdad tú tienes 30 años de edad y yo sólo soy un chiquillo de 20.
- No. No es posible, Nina. Lo mejor es que esto acabe así… tú con todos tus años por delante… (Sin tratar de ofender a una hermosa dama que bien pareciera de 38)… y yo caminando lentamente por la avenida de tu recuerdo…- ¿Estás casado, verdad? Y hay una esposa que te espera en casa…
- No, Nina. Hace muchos años que estoy solo.
(“Tal vez esa soledad responda a una relación triste y muy dolorosa y me hace actuar correctamente valorando el verdadero sentido de una relación”)
- Entonces no lo entiendo.
- Podemos engañar al tiempo pero no podemos engañar a la vida…
- Sólo te pido que me jures una cosa, Alfonso.
- ¿Cuál?
- Que cuando te enamores realmente de una Chica y no de una ilusión lo hagas con la misma limpieza que lo has hecho hoy. Con la misma limpieza y para siempre.
- Te juro que así lo haré.
El tiempo restando solo más palabras agradables más besos y un último baile
Terminó la canción. Estuvimos bebiendo una última copa y le regale una Rosa antes de salir a pasear lentamente por el camino de su recuerdo…