viernes, 3 de octubre de 2008

La Curiosidad de Asistir a una Mesada 3



TERCERA PARTE

Empezó a la media noche, con el silbido de una canción ancestral acompañado de una maraca, luego el silbido y con todos nosotros mirando hacia la mesa, yo me senté pegado a la puesta, así podía ver la luna como alumbraba la noche, pero el frio seguía siendo crudo tuve que pedir una manta que me ayudo a soportar el intenso frio de la noche, unas oraciones a los santos como pidiendo permiso para iniciar la sesión, mas silbidos y de vez en cuando seguía alumbrando algunas imágenes. Pasaron unos treinta minutos, cada uno de los presentes fue llamado a la mesa a recibir de las manos del maestro un vaso con licor hecho de San Pedro, un cactus originario del Perú y usado con propósitos mágicos religiosos desde la antigüedad por sus efectos alucinógenos y curativos. Luego de beberlo, cada uno de los presentes, pasábamos a nuestros respectivos lugares, continuaron mas cantos mas silbidos y sónicos de maracas, nosotros solo esperábamos a que el maestro” Ramón” nos llamara de acuerdo al orden que el espíritu de la mesa le indicara.
- Al inicio de la mesada el maestro nos había entregado unos muñequitos de madera talladas con formas femeninas o masculinas, uno para cada sexo, y nos decía: ¡no las suelten durante todo el tiempo que dure la mesada, estas los protegerán de algún espíritu que ande por aquí! –
El primero en ser llamado fue Juan Carlos, el comenzó a bailar al compas de la maraca, como le indicaba Ramón, en ese momento, Ramón se dirigió hacia Juan Carlos y empezó a soplar rociándole agua florida; cantaba y sonando las maracas daba vueltas a su alrededor, dijo algunas palabas que la verdad no llegue a entender. Después se sentó y mi amigo también, pasó como diez minutos hasta que llego mi turno.
El mismo ritual; danzando bailando canto alrededor mío y me dijo que me sentara, dijo que descansaría quince minutos y empezaría de nuevo el ritual.
En el descanso, nos servían en pequeños vasos un aguardiente, donde se pasaba el vaso para que todos tomen, decían que era para calentar el cuerpo, por el frio.
En la segunda sesión, utilizando una concha de mar de gran tamaño, como plato, el maestro nos hizo inhalar san Pedro mesclado con tabaco negro, cada inhalada por las fosas nasales era como una aguja que se introducía desde tu nariz a tu cerebro, así fue en las dos fosas nasales, luego nos dijo que descansemos.
Lo que sucedió después era realmente impresionante, conforme pasaban los minutos perdía la visión, no podía ver absolutamente nada, todo oscuro, abría y cerraba los ojos y seguía todo negro, luego vi tres personas, la primera con polo rojo, la segunda con polo amarillo y la ultima con polo verde, luego se perdieron, también aparecieron dos personas mas y una mujer, mientras el maestro seguía cantando y tocando las maracas, luego todo silencio.
No se cuanto tiempo estuvimos así, hasta que recupere la visión poco a poco, a J. Carlos y los demás miembros que participábamos de la mesada supongo que también les paso lo mismo. Ramón nos dijo que saliéramos unos minutos, mientras el meditaba unos minutos a solas, nosotros salimos para recuperarnos de lo sucedido.
Le pregunte que había visto y J. Carlos me conto que varias personas, a una mujer y después todo negro. El maestro “Ramón “se quedo con los cinco chamanes mas, la verdad no se que cosa hicieron pero luego de quince minutos nos volvieron a llamar.
Al primero que llamo de nuevo fue a J. Carlos, El maestro “Ramón”, le dijo: mis ojos vieron a una mujer de unos 25 años de cabellos largos y vestidos con un Jean, continuo describiendo a la mujer mientras que mi amigo no podía creer lo que escuchaba, -¿la conoces? Le pregunto. “Si, es una amiga que no veo tiempo”, respondió J. Carlos. “Pues ella es la que te ha hecho un amarre y te ha fumado para que nadie se te acerque y enfermes. Es fácil de curar no te preocupes, pues solo te lo han hecho una vez y la muchacha nunca mas volvió donde la curandera para continuar”, afirmo el maestro.
Después el maestro, “Ramón”, agrego; ahora danzaras como te indique: ve hacia adelante, da siete vueltas hacia la derecha, cinco a la izquierda y así le indicaba como bailar a ritmo de la maracas que “Ramón “tocaba y cantaba, luego el maestro se levanto y con dos espadas paso por el contorno del cuerpo de mi amigo, como quien cortaba algo, “Ahora siéntate”, le dijo. “Tres sesiones mas, a las tres de la madrugada serán suficientes. Eso me dice la mesa”. Finalizo
Luego me llamo, y me puse al frente de el, me dijo esos tres hombres que viste pasaran en la madrugada, los dos hombres mas son amigos tuyos que te tiene mucha envidia y la mujer… bueno la mujer debo confesarles que apareció en mi vida. Después de identificar y describirme a las personas, yo, al igual que a mi amigo, me indico los pasos y la danza a realizar, me dijo que solo una sesión más seria suficiente. Así durante la madrugada, se repitió los canticos los bailes y los cinco chamanes que acompañaban al maestro cantaban y acompañaban a la ceremonia
Finalmente, a las seis de la mañana la sesión terminaba con el rezo del maestro chaman, una inhalada de siete perfumes por cada uno de los participantes, para purificarse, y la devolución de las maderas talladas entregadas al inicio
Este momento por la puerta, increíblemente aparecieron tres hombres, uno con polo rojo el segundo con polo amarillo y el ultimo con polo verde, saludaron con un ademan a los presentes y siguieron su camino, tal como los había visto, ellos aparecieron. Indagando me dijeron que eran de seguro agricultores, que ya por la hora pasan a sus labores agrícolas, lo increíble fue que solo yo los pude ver en la sesión y el maestro me indico la hora en que pasarían.
Ya con la luz del día el maestro había empezado a levantar su mesa, los acompañantes conversaban entre ellos, J. Carlos y yo estábamos por un lado conversando sobre lo sucedido.
Se acerco Ramón, y muy cordialmente nos invito a otra mesada que tendrían en otro lugar ese mismo día, - “ahora entendía la presencia de los cinco chamanes que llegaron esa noche.” “Seria una caminata de un par de horas mas”, nos dijo, - la verdad, lo que mas deseaba era estar ya descansando en una buena cama y agradeciéndole por la invitación le dije que deseaba regresar cuando antes al pueblo, J. Carlos también me acompaño en la decisión y así emprendimos el retorno, nos dijo… - solo sigan la trocha y no se desvíen para nada.
FIN

jueves, 2 de octubre de 2008

La Curiosidad de Asistir a una Mesada 2

SEGUNDA PARTE
Ya con Ramón, proseguimos el camino, todos mudos sin hablar de nada, así estuvimos por unos veinte minutos, hasta que ramón me dijo, bueno… ¿como te fue?
... Bueno, sin mencionar que casi me da un infarto, creo que todo bien…
¿Cuánto te dieron?... ni idea no lo conté allí, solo lo guarde, ahora lo cuento le dije, bingo unos 300 soles, estaba bueno le dije, ¿Cómo, solo 300 soles? Le hubieras pedido 1000 soles como mínimo, no sabes cuanto dinero se mueve en ese negocio y es ilegal todo, ¡hubieras pedido mas! me increpaba,… bueno esta bien… al menos esos hombres están al margen de la ley y son peligrosos le dije, sin mencionar más el tema proseguimos nuestro camino.
Se hacia interminable la trocha, con ruidos de taladores a la distancia, y a veces con el pisar de los charcos y saltos de troncos caídos y a veces solo un silencio eterno.
Llegamos, a la casa pequeña, Ramón me dijo; acá venden galletas, el que desee comprar - es la oportunidad - es la ultima casa que encontremos hasta nuestro destino, lo primero que salió a nuestro encuentro fueron dos perros ladrando sin parar hasta que salió la dueña, y muy amablemente saludo al maestro ramón como ella lo llamo, descansamos un poco, nos aseamos, ya para ese punto de la caminata mis zapatos estaban destrozados, y mi ropa toda embarrada de las muchas caídas que tuve a lo largo del camino pero bueno estaba ya tan cerca que las lamentaciones no eran oportunas. Solo quince minutos de descanso y proseguimos la caminata, falta poco decía ramón.
Fueron cuarenta y cinco minutos mas de subida y subida rodeado de puros arboles, maleza, riachuelos, caídas y mucho humedad hasta que al fin ya en la cima de cerro rodeado de muchos maleza y arboles apareció de la nada una casita de material de adobe y techo de calaminas, serian dos habitaciones, una pareja de esposos salió a nuestro encuentro, nos saludaron muy amablemente el maestro, Ramón, nos presento a Emiliano el dueño de la casita y a su esposa maría; muy pobre, solo una mesa, una banca, una pequeña cocina a leña y petates para dormir, nos invitaron asearnos y luego un desayuno, que después de la gran caminata hacia falta algo de alimento
El desayuno fue algo inolvidable, en un tazón nos sirvieron una especie de puré o avena hecho a base de harina plátano con agua, sin dulce, insípido y yucas sancochadas, las galletas que compramos acompaño a nuestra alimentación en la mañana, nada especial, pero alimento mucho y dejo tranquilo el estomago.
¡… Será mejor que descansen…! Dijo Ramón, ya les avisaremos cuando sea la hora del almuerzo… - así fue… - a un lado de la habitación y en un petate me acosté, el cansancio fue tanto que me quede profundamente dormido.
El tiempo paso rápido, apenas sentí el llamada de Juan Carlos, no pude dormir más, era para avisarme que ya el almuerzo estaba listo, eran las catorce horas, con dolores en todo el cuerpo me uní al grupo para almorzar, esta vez, si se veía apetecible el almuerzo; estofado de gallina, arroz, papa, y un refresco,
- ¿algo de frio se siente?, pregunto Juan Carlos, iniciando la conversación en la mesa, si paisa respondió Emiliano, por la noche seguro será mas frio abra que abrigarse, mnnn… mientras escuchaba pensaba en la forma como pasaría la noche, no tenia ni chompa, ni abrigo para poder cubrirme. Terminemos y descansemos otro poco, la noche será larga nos recomendó Ramón. Intercambiamos unas palabras más y pensé en dar un paseo por la zona.
Al alejarme un poco descubría que era todo hermoso, los paisajes de la serranía por un lado, combinado con la ceja de selva por el otro, hacía el contraste y una belleza emocional, algo que solo se puede apreciar desde la altura en donde se ubicaba la casita muy bien camuflada y rodeada de arboles por un lado y hermosa vista por el otro. Como una serpiente un rio cruzando la orilla del cerro, preguntando a Emiliano me decía que era la frontera con el Ecuador, solo nos separa aquel rio, y el puente fronterizo esta para el oeste, indicándome el lugar que a simple vista parecía cerca, pero son horas de camino me conversaba, me lamentaba de no haber traído mi cámara pero Juan Carlos me advirtió que las cámaras en esta ocasión no eran permitidas, salvo permiso especial, pero me converso que llegarían mas maestros a la mesada, era algo que desconocía, ¿mas gente? ni idea quienes serian ni de donde provenían.
Decidí descansar un poco mas, ya se oscurecía y el frio arreciaba mas y mas, le dije a Juan Carlos que si me podría conseguir algo con que abrigarme la verdad, ya me imaginaba como pasaría la noche, me presto el un abrigo que era momentáneo, pero sirvió para el momento y así esperamos hasta que fuera hora de la cena.
A la luz de la luna, con solo el reflejo de la hermosa luna sobre nosotros era la única luz que nos guiaba por el lugar, una velas dentro de la casa y la conversación entre Emiliano y Ramón era lo único interesante en esas horas, mi socio Juan Carlos me decía que esto era así, que estaban esperando a las demás personas y que llegarían en las próxima horas, le preguntaba - ¿quienes eran esas personas? – chamanes, curanderos que participaran de la mesada contesto.
Eran las veintidós horas, el maestro se esta preparando dijo J. Carlos. En la mesa, Ramón coloca objetos santos y sacrílegos. Emiliano nos explico el porque de la presencia de algunos objetos en ella: una imagen de la virgen maría, para que nos cuide de todo mal durante la ceremonia; la cruz de Cristo, para que recordemos que el dio su vida para salvarnos de todo pecado y nos redima; conchas marinas; piedras; huacos; espadas; palos de madera con figuras masculinas y femeninas; agua florida; perfumes de todas las marcas y aromas para que los espíritus se sientan agradecidos y nos digan lo que deseamos saber.
Mientras el maestro, “ramón”, se preparaba llegaron a la casita cinco personajes todos vestidos con poncho y sombrero de paja grande que les cubría todo su rostro, tres mujeres y dos hombres, las mujeres eran gordas con polleras enormes cara redonda pelo trenzado y largo, no se dejaban ver la cara, cubiertas totalmente con el poncho grueso y largo, todos vestidos con color oscuro, de igual forma los hombres, ponchos largos y sombreros enormes que cubrían su rostro, saludaron muy efusivamente a Ramón, hicieron un circulo y conversaban en voz baja no se podía escuchar nada del tema de su conversación, Juan Carlos y yo a un lado, sin decir ni una palabra, - solo le pedía que me consiguiera algo con que cubrirme, el frio ya era insoportable – . Ramón se aparto de las demás personas, se ubico en un lado de la habitación y empezó a preparar la mesa, al fina los objetos los colocaba en el suelo sobre una manta de colores con diseño incaicos, uno a uno cada objeto en su lugar bien posesionado y ayudándose con una linterna de mano de vez en vez alumbraba alguna imagen, pidió que lo dejaran solo en la habitación hasta llegada la hora.

miércoles, 1 de octubre de 2008

La Curiosidad de Asistir a una Mesada


Quien no siente la curiosidad de asistir a una mesada, o un baño de florecimiento, quien no recuerda al ex Presidente del Perú “Fujimori” visitando muchas veces a los chamanes o curanderos en Huancabamba, ciudad al nororiente del Perú, y darse muchas veces un baño de florecimiento en las ya famosa Laguna de las Huaringas. Creo que todos los que viven en esta parte del mundo asistió a una de ella o ha visto o escuchado lo que es una mesada. Para los que no conocen, es una reunión con un chaman, adivinos, pitonisas o varios curanderos en algunos casos, que se inicia a le media noche y termina en promedio cinco o seis de la mañana.
PRIMERA PARTE
Esta historia me ocurrió hace unos años, en uno de mis viajes de negocios, donde llegue a la ciudad de San Ignacio, muy cerca a la frontera de Ecuador, San Ignacio es una pueblo ubicado en la parte norte oriental del Perú, al norte de la ciudad de Jaén, es un pueblo netamente agricultor su principal cultivo es el café, cacao y frutas en especial plátano, Piña.
Fue la compra de café lo que me llevo hasta San Ignacio, el hacer negocio es muy interesante y mas, si se va por primera vez a una ciudad que, por la lejanía es un pueblo donde las rondas campesinas ponen orden y autoridad. Mi amigo Juan Carlos quien en una conversación, ya después de cerrar los negocios, me comentaba que el asistiría a una mesada, la realizaba su amigo un curandero de la zona llamada Ramón, - es muy acertado y de mucha confianza me indico- , indagándole mas acerca de lo que es la mesada y en que consistía me iba picando la curiosidad por interesarme mas y mas. Tengo que confesar que no le fui muy difícil insistir en su invitación, yo tenía ya las ganas de asistir, más por curiosidad a una de esas reuniones madrugadoras. Me contaba que sólo los días martes o viernes se lleva a cabo, pues desde la antigüedad son días sagrados para la religiosidad andina, fue así donde me informo el día y la hora de salida y es donde inicia mi historia.
La salida fue un viernes, cinco de la mañana, me advirtió que era un largo camino primero en camioneta y luego caminando unas horas, ya en el lugar indicado Juan Carlos me presento al maestro, quien se encargaría del ritual o mesada, después de pactar sus honorarios, en el tira y afloja llegamos a un acuerdo económico sobre el “trabajo” que me haría, contratamos el auto que nos llevaría a pueblo siguiente llamado San José de Lourdes, queda a una hora en auto del pueblo de San Ignacio, la verdad pensé que era una viaje cómodo y la caminata fácil, pero no lleve la ropa adecuada, solo una camisa un pulóver, pantalón Jean y unos zapatos -… nada mas…- , con razón la pregunta de Ramón al decirme - ¿así vas vestido? - yo bien costeño, le dije si… es suficiente. Lo mismo me pregunto Juan Carlos al iniciar la aventura, ¿no llevas nada más?¡No… creo, así esta bien! Solo me mira… me dijo que no es fácil el camino… bueno estoy bien le dije,
Ya en plena marcha en camioneta, el frio empezaba a sentirse poco a poco a pesar de haber un sol hermoso sentía la altura poco a poco, el pulóver fue útil y me ayudo fácil al primer obstáculo.
Después de un hora de camino, con golpes, subidas y bajadas y pasar por muchos abismos, ¡amen del frio!... llegamos al pueblo San José de Lourdes, Ramón me dijo que comprara cigarros, agua florida, unas velas y algo de galletas para comer, es la única tienda que veremos en muchas horas me advirtió, así lo hice, compre las cosas y emprendimos la caminataConforme avanzábamos nos internábamos mas y mas en una espesura de bosque, enormes arboles nos rodeaban el pequeño camino que nos llevaría al lugar indicado, solo ruidos de algunas aves y a veces un silencio sepulcral, y otras solo se escuchaban las pisadas en charcos de agua donde los zapatos no soportaban tanta humedad, y de vez en vez unos resbalones que al suelo no paraba
Llevaríamos un poco más de una hora y a lo lejos se escuchaban ruidos de sierra mecánica, definitivamente eran taladores de arboles, taladores informales, cuando mas caminábamos más profundo era el ruido, fue cuando Ramón, que era el que encabezaba la caminata repentinamente paro la marcha y mirándome me dijo:
¿Deseas ganarte un dinerito?, yo la verdad sin pensarlo mucho le respondí que claro, ¿que tenia que hacer?, el mirándome solo me dijo… ¡…sigue el ruido de los taladores...! - están por aquel lado solo sigue el ruido, pero, ¿Qué dijo?... solo diles que eres de Inrena.
- Inrena, (“Instituto Nacional de Recursos Naturales”), [Organismo publico descentralizado del Ministerio de Agricultura, un organismo gubernamental encargado de regular entre otras cosas a la tala indiscriminada de arboles -] .
Así lo hice, seguí el ruido cada vez mas intenso de los taladores, al pasar varios arboles y ramas coposas me abrí paso entrando a un descampado ya con muchos arboles caídos, al inicio vi solo dos personas en plena faena, pero luego conté como seis personas, todos dejaron de talar al instante, solo una mirada fija y de una les pregunte señores…
Señores buenos días, serian tan amables de darme su nombre…
Los taladores se quedaban mudos, sin embargo del fondo quien parecía el líder me dijo, ¿Qué desea usted? ¿Quien es?... soy del departamento de inrena, saben que esto es ilegal y estoy supervisando esta zona, mejor no hagan problemas y me dan sus nombres y terminemos esto; un murmullo entre ellos se escucho, la verdad yo estaba bien sereno eso tenia que demostrarlo, mas de uno al verme agarraron machete en tono amenazante pero si flaqueaba en ese momento sabia que estaba perdido…- bueno señores por favor que tengo mucho camino por recorrer -
…mire jefe, lo podemos solucionar en este momento, dígame… le damos un sencillo y nos deja tranquilos… nosotros no somos los únicos, además siguiendo el sendero hay muchos mas con mas días talando.¡Bueno cuanto es el sencillo y hablemos rápido para poder seguir mi camino señores…!
Nuevamente charlaron entre ellos… todos aportaban al líder y contaban y recontaban y seguían hablando, - la verdad no pensé que ese negocio era tan rentable, - al final el líder se acerco a mi…
“Acá esta jefe esta difícil el negocio pero es algo, espero que nos deje y siga subiendo… ¡mas pa arriba hay mas fuerte que nosotros!, -se refirió que hay mas taladores con mas tiempo y mas movimiento-”Bueno señores, haciendo un ademán con mi cuaderno que me había proporcionado, borre algunos nombre que algunos me habían dado y aceptando el dinero sin contarlo… di media vuelta y me retire, Juan Carlos, me seguía como cuidándome la espalda. Así nos alejamos poco a poco.