Quien no siente la curiosidad de asistir a una mesada, o un baño de florecimiento, quien no recuerda al ex Presidente del Perú “Fujimori” visitando muchas veces a los chamanes o curanderos en Huancabamba, ciudad al nororiente del Perú, y darse muchas veces un baño de florecimiento en las ya famosa Laguna de las Huaringas. Creo que todos los que viven en esta parte del mundo asistió a una de ella o ha visto o escuchado lo que es una mesada. Para los que no conocen, es una reunión con un chaman, adivinos, pitonisas o varios curanderos en algunos casos, que se inicia a le media noche y termina en promedio cinco o seis de la mañana.
PRIMERA PARTE
Esta historia me ocurrió hace unos años, en uno de mis viajes de negocios, donde llegue a la ciudad de San Ignacio, muy cerca a la frontera de Ecuador, San Ignacio es una pueblo ubicado en la parte norte oriental del Perú, al norte de la ciudad de Jaén, es un pueblo netamente agricultor su principal cultivo es el café, cacao y frutas en especial plátano, Piña.
Fue la compra de café lo que me llevo hasta San Ignacio, el hacer negocio es muy interesante y mas, si se va por primera vez a una ciudad que, por la lejanía es un pueblo donde las rondas campesinas ponen orden y autoridad. Mi amigo Juan Carlos quien en una conversación, ya después de cerrar los negocios, me comentaba que el asistiría a una mesada, la realizaba su amigo un curandero de la zona llamada Ramón, - es muy acertado y de mucha confianza me indico- , indagándole mas acerca de lo que es la mesada y en que consistía me iba picando la curiosidad por interesarme mas y mas. Tengo que confesar que no le fui muy difícil insistir en su invitación, yo tenía ya las ganas de asistir, más por curiosidad a una de esas reuniones madrugadoras. Me contaba que sólo los días martes o viernes se lleva a cabo, pues desde la antigüedad son días sagrados para la religiosidad andina, fue así donde me informo el día y la hora de salida y es donde inicia mi historia.
La salida fue un viernes, cinco de la mañana, me advirtió que era un largo camino primero en camioneta y luego caminando unas horas, ya en el lugar indicado Juan Carlos me presento al maestro, quien se encargaría del ritual o mesada, después de pactar sus honorarios, en el tira y afloja llegamos a un acuerdo económico sobre el “trabajo” que me haría, contratamos el auto que nos llevaría a pueblo siguiente llamado San José de Lourdes, queda a una hora en auto del pueblo de San Ignacio, la verdad pensé que era una viaje cómodo y la caminata fácil, pero no lleve la ropa adecuada, solo una camisa un pulóver, pantalón Jean y unos zapatos -… nada mas…- , con razón la pregunta de Ramón al decirme - ¿así vas vestido? - yo bien costeño, le dije si… es suficiente. Lo mismo me pregunto Juan Carlos al iniciar la aventura, ¿no llevas nada más?¡No… creo, así esta bien! Solo me mira… me dijo que no es fácil el camino… bueno estoy bien le dije,
Ya en plena marcha en camioneta, el frio empezaba a sentirse poco a poco a pesar de haber un sol hermoso sentía la altura poco a poco, el pulóver fue útil y me ayudo fácil al primer obstáculo.
Después de un hora de camino, con golpes, subidas y bajadas y pasar por muchos abismos, ¡amen del frio!... llegamos al pueblo San José de Lourdes, Ramón me dijo que comprara cigarros, agua florida, unas velas y algo de galletas para comer, es la única tienda que veremos en muchas horas me advirtió, así lo hice, compre las cosas y emprendimos la caminataConforme avanzábamos nos internábamos mas y mas en una espesura de bosque, enormes arboles nos rodeaban el pequeño camino que nos llevaría al lugar indicado, solo ruidos de algunas aves y a veces un silencio sepulcral, y otras solo se escuchaban las pisadas en charcos de agua donde los zapatos no soportaban tanta humedad, y de vez en vez unos resbalones que al suelo no paraba
Llevaríamos un poco más de una hora y a lo lejos se escuchaban ruidos de sierra mecánica, definitivamente eran taladores de arboles, taladores informales, cuando mas caminábamos más profundo era el ruido, fue cuando Ramón, que era el que encabezaba la caminata repentinamente paro la marcha y mirándome me dijo:
¿Deseas ganarte un dinerito?, yo la verdad sin pensarlo mucho le respondí que claro, ¿que tenia que hacer?, el mirándome solo me dijo… ¡…sigue el ruido de los taladores...! - están por aquel lado solo sigue el ruido, pero, ¿Qué dijo?... solo diles que eres de Inrena.
- Inrena, (“Instituto Nacional de Recursos Naturales”), [Organismo publico descentralizado del Ministerio de Agricultura, un organismo gubernamental encargado de regular entre otras cosas a la tala indiscriminada de arboles -] .
Así lo hice, seguí el ruido cada vez mas intenso de los taladores, al pasar varios arboles y ramas coposas me abrí paso entrando a un descampado ya con muchos arboles caídos, al inicio vi solo dos personas en plena faena, pero luego conté como seis personas, todos dejaron de talar al instante, solo una mirada fija y de una les pregunte señores…
Señores buenos días, serian tan amables de darme su nombre…
Los taladores se quedaban mudos, sin embargo del fondo quien parecía el líder me dijo, ¿Qué desea usted? ¿Quien es?... soy del departamento de inrena, saben que esto es ilegal y estoy supervisando esta zona, mejor no hagan problemas y me dan sus nombres y terminemos esto; un murmullo entre ellos se escucho, la verdad yo estaba bien sereno eso tenia que demostrarlo, mas de uno al verme agarraron machete en tono amenazante pero si flaqueaba en ese momento sabia que estaba perdido…- bueno señores por favor que tengo mucho camino por recorrer -
…mire jefe, lo podemos solucionar en este momento, dígame… le damos un sencillo y nos deja tranquilos… nosotros no somos los únicos, además siguiendo el sendero hay muchos mas con mas días talando.¡Bueno cuanto es el sencillo y hablemos rápido para poder seguir mi camino señores…!
Nuevamente charlaron entre ellos… todos aportaban al líder y contaban y recontaban y seguían hablando, - la verdad no pensé que ese negocio era tan rentable, - al final el líder se acerco a mi…
“Acá esta jefe esta difícil el negocio pero es algo, espero que nos deje y siga subiendo… ¡mas pa arriba hay mas fuerte que nosotros!, -se refirió que hay mas taladores con mas tiempo y mas movimiento-”Bueno señores, haciendo un ademán con mi cuaderno que me había proporcionado, borre algunos nombre que algunos me habían dado y aceptando el dinero sin contarlo… di media vuelta y me retire, Juan Carlos, me seguía como cuidándome la espalda. Así nos alejamos poco a poco.
PRIMERA PARTE
Esta historia me ocurrió hace unos años, en uno de mis viajes de negocios, donde llegue a la ciudad de San Ignacio, muy cerca a la frontera de Ecuador, San Ignacio es una pueblo ubicado en la parte norte oriental del Perú, al norte de la ciudad de Jaén, es un pueblo netamente agricultor su principal cultivo es el café, cacao y frutas en especial plátano, Piña.
Fue la compra de café lo que me llevo hasta San Ignacio, el hacer negocio es muy interesante y mas, si se va por primera vez a una ciudad que, por la lejanía es un pueblo donde las rondas campesinas ponen orden y autoridad. Mi amigo Juan Carlos quien en una conversación, ya después de cerrar los negocios, me comentaba que el asistiría a una mesada, la realizaba su amigo un curandero de la zona llamada Ramón, - es muy acertado y de mucha confianza me indico- , indagándole mas acerca de lo que es la mesada y en que consistía me iba picando la curiosidad por interesarme mas y mas. Tengo que confesar que no le fui muy difícil insistir en su invitación, yo tenía ya las ganas de asistir, más por curiosidad a una de esas reuniones madrugadoras. Me contaba que sólo los días martes o viernes se lleva a cabo, pues desde la antigüedad son días sagrados para la religiosidad andina, fue así donde me informo el día y la hora de salida y es donde inicia mi historia.
La salida fue un viernes, cinco de la mañana, me advirtió que era un largo camino primero en camioneta y luego caminando unas horas, ya en el lugar indicado Juan Carlos me presento al maestro, quien se encargaría del ritual o mesada, después de pactar sus honorarios, en el tira y afloja llegamos a un acuerdo económico sobre el “trabajo” que me haría, contratamos el auto que nos llevaría a pueblo siguiente llamado San José de Lourdes, queda a una hora en auto del pueblo de San Ignacio, la verdad pensé que era una viaje cómodo y la caminata fácil, pero no lleve la ropa adecuada, solo una camisa un pulóver, pantalón Jean y unos zapatos -… nada mas…- , con razón la pregunta de Ramón al decirme - ¿así vas vestido? - yo bien costeño, le dije si… es suficiente. Lo mismo me pregunto Juan Carlos al iniciar la aventura, ¿no llevas nada más?¡No… creo, así esta bien! Solo me mira… me dijo que no es fácil el camino… bueno estoy bien le dije,
Ya en plena marcha en camioneta, el frio empezaba a sentirse poco a poco a pesar de haber un sol hermoso sentía la altura poco a poco, el pulóver fue útil y me ayudo fácil al primer obstáculo.
Después de un hora de camino, con golpes, subidas y bajadas y pasar por muchos abismos, ¡amen del frio!... llegamos al pueblo San José de Lourdes, Ramón me dijo que comprara cigarros, agua florida, unas velas y algo de galletas para comer, es la única tienda que veremos en muchas horas me advirtió, así lo hice, compre las cosas y emprendimos la caminataConforme avanzábamos nos internábamos mas y mas en una espesura de bosque, enormes arboles nos rodeaban el pequeño camino que nos llevaría al lugar indicado, solo ruidos de algunas aves y a veces un silencio sepulcral, y otras solo se escuchaban las pisadas en charcos de agua donde los zapatos no soportaban tanta humedad, y de vez en vez unos resbalones que al suelo no paraba
Llevaríamos un poco más de una hora y a lo lejos se escuchaban ruidos de sierra mecánica, definitivamente eran taladores de arboles, taladores informales, cuando mas caminábamos más profundo era el ruido, fue cuando Ramón, que era el que encabezaba la caminata repentinamente paro la marcha y mirándome me dijo:
¿Deseas ganarte un dinerito?, yo la verdad sin pensarlo mucho le respondí que claro, ¿que tenia que hacer?, el mirándome solo me dijo… ¡…sigue el ruido de los taladores...! - están por aquel lado solo sigue el ruido, pero, ¿Qué dijo?... solo diles que eres de Inrena.
- Inrena, (“Instituto Nacional de Recursos Naturales”), [Organismo publico descentralizado del Ministerio de Agricultura, un organismo gubernamental encargado de regular entre otras cosas a la tala indiscriminada de arboles -] .
Así lo hice, seguí el ruido cada vez mas intenso de los taladores, al pasar varios arboles y ramas coposas me abrí paso entrando a un descampado ya con muchos arboles caídos, al inicio vi solo dos personas en plena faena, pero luego conté como seis personas, todos dejaron de talar al instante, solo una mirada fija y de una les pregunte señores…
Señores buenos días, serian tan amables de darme su nombre…
Los taladores se quedaban mudos, sin embargo del fondo quien parecía el líder me dijo, ¿Qué desea usted? ¿Quien es?... soy del departamento de inrena, saben que esto es ilegal y estoy supervisando esta zona, mejor no hagan problemas y me dan sus nombres y terminemos esto; un murmullo entre ellos se escucho, la verdad yo estaba bien sereno eso tenia que demostrarlo, mas de uno al verme agarraron machete en tono amenazante pero si flaqueaba en ese momento sabia que estaba perdido…- bueno señores por favor que tengo mucho camino por recorrer -
…mire jefe, lo podemos solucionar en este momento, dígame… le damos un sencillo y nos deja tranquilos… nosotros no somos los únicos, además siguiendo el sendero hay muchos mas con mas días talando.¡Bueno cuanto es el sencillo y hablemos rápido para poder seguir mi camino señores…!
Nuevamente charlaron entre ellos… todos aportaban al líder y contaban y recontaban y seguían hablando, - la verdad no pensé que ese negocio era tan rentable, - al final el líder se acerco a mi…
“Acá esta jefe esta difícil el negocio pero es algo, espero que nos deje y siga subiendo… ¡mas pa arriba hay mas fuerte que nosotros!, -se refirió que hay mas taladores con mas tiempo y mas movimiento-”Bueno señores, haciendo un ademán con mi cuaderno que me había proporcionado, borre algunos nombre que algunos me habían dado y aceptando el dinero sin contarlo… di media vuelta y me retire, Juan Carlos, me seguía como cuidándome la espalda. Así nos alejamos poco a poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario