viernes, 25 de marzo de 2016

Dejen Descansar a los Muerto II

Ya casi veinte minutos de camino nos acercábamos a una zona donde ya habían rastros de haber sido huaqueada muchos huecos por algunos lados unos muy profundos otros encima y muchos restos de huacos, vasijas de barro totalmente rotas imposibles de armar  e identificar. Ricardo me dijo… empecemos acá, es una zona donde nadie ha buscado, así lo hicimos, primero con la lanza introduciéndola en la arena para poder tocar algo en lo profundo, así introduciendo de a pocos  por un rato como palpando la playa hasta sentir que chocas con algo en el interior.
¡Por fin acá hay algo! Le dije rápidamente, Ricardo se acercó y me dijo no introduzcas con fuerza,  podrías romper lo que hay enterrado, lo mas seguro seria un huaco. Iniciamos la excavación con mucho cuidado  con la palana que llevamos cavamos menos de metro y medio hasta que logramos tocar con algo frágil, lo lamentable era que con la emoción le dimos muy duro al objeto, que al desenterrarlo poco a poco y limpiarlo identificamos  un huaco ya roto por el golpe de la lanza, de todas maneras era algo increíble ver lo que habíamos encontrado, así seguimos en el mismo lugar encontrando mas cosas; un telar ya rasgado unos palitos que al ver eran de tejer, fácil deducción lógica… estábamos cavando la tumba de una mujer inca, al final lo que logramos juntar eran en total 4 objetos: un telar unos palitos de tejer unos hilos y una canasta pequeña todos en un buen estado, definitivamente era la tumba de una mujer inca tejedora, aparte de unos huacos, los objetos estaban en buen estado a pesar de estar en un lugar húmedo por estar en la playa.
Luego continuamos en otro lugar introduciendo la lanza para buscar mas objetos, una tumba mas,  - me dije-   no paso mucho tiempo y logramos encontrar otra mas, esta era mas fácil estaba no tan profundo era un jarrón y enorme, tuvimos mas cuidado al desarenarlo, nos tomo como media hora pero logramos desenterrarlo intacto, era hermoso muy grande un enorme jarrón al parecer los que utilizaban los incas para transportar el agua, seria de unos  50 cm. bien pintado con los colores de la cultura moche, ya teníamos dos tumbas excavadas, y unos objetos, que en el mercado negro recibiríamos mucho dinero,  sin darnos cuenta ya eran casi las 6 de la tarde, nos miramos con Ricardo, definitivamente era la hora de partir con lo que teníamos, las cosas pequeñas que sacamos de la tumba de la mujer inca no había nada de problema simplemente lo guarde en  mi morral, y listo el gran problema era la gran jarrón que  encontramos, el tiempo apremia, y nos propusimos cargarlo y así emprendimos el regreso, siempre teniendo en cuenta el mismo camino que usamos, pero cargar con el enorme jarrón, nos retrasaba mucho y era  muy pesado, nos detuvimos un instante y decidimos que lo mejor era dejarlo enterrarlo por algún lado, sin perder tiempo fue lo que hicimos, lo enterramos por algún lado en la playa y emprendimos el regreso, ya el sol se estaba ocultando , nosotros en silencio solo caminábamos y solo pensábamos en lo que llevábamos, pero el ruido de las olas y el viento a veces nos hacia imaginar cosas, - mi amigo, Ricardo,  en un momento me decía
 Siento que nos siguen…  era una sensación extraña –me dijo muy tembloroso
Siento que nos siguen desde que salimos de las tumbas

 -mejor no mirar atrás y sigue caminando-

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